Los Boca-River son el claro ejemplo donde a los árbitros los sobrepasa el partido y no encuentran la forma de poder dirigir de manera correcta, ya que para uno u otro equipo los errores aparecen y de manera grosera.
A todo esto sumémosle que los jueces de línea se hacen los distraídos cuando les toca intervenir en el partido “ayudando” al árbitro en las jugadas en los que ellos son protagonistas, en muchos casos la indiferencia de estos cambia por completo un partido. El rol de los líneas es un tema a tratar por la AFA debido a que ellos deben comunicarle al árbitro principal los hechos que ocurren desde su posición en la cancha para que este después tome la sanción correspondiente.Personalmente creo que el nivel del arbitraje argentino es preocupante, prácticamente a todos los árbitros de la actualidad se les desbordan los partidos y terminan perjudicando consiente o inconscientemente a un equipo. Creo que los “errores” que cometen incitan a la violencia porque a raíz de un pésimo fallo de ellos puede terminar en un escándalo (fuera que en el fútbol argentino la violencia ocurre habitualmente).
Hay distintos tipos de errores, en los partidos se presentan jugadas complicadas donde el árbitro debe decidir en segundos el fallo, mientras que por la televisión el público puede ver la repetición infinidad de veces. Sin embargo en otro tipo de jugadas donde la infracción está a la vista o el fallo es concreto los jueces deciden cobrar al revés de lo correcto, es donde insistimos que en ese tipo de jugadas hay incitación a la violencia.
Creemos que la inclusión de la tecnología solucionaría muchos de estos problemas, está a la vista en otros deportes como el tenis o el básquet que gracias a su inclusión la decisión del árbitro siempre es la correcta o en su mayoría, porque precisamente esa es la función de árbitro, dar justicia y en el fútbol argentino esa frase no está presente.
